La vida del artista DALÍ.
Cariño y arrumacos mil para nuestro baby.
«Fue en una escapada celebrando el aniversario y mi ansiada estabilidad en el trabajo. Creímos que era el momento tan esperado para adoptar un perro. Un perro ac vo, que se adaptara a nuestro es lo de vida. Ese mismo fin de semana, vimos que una amiga colgaba en FB un braco alemán que acababa de encontrar en un contenedor, y estaba decidiendo si lo iba a adoptar ella o no. “Es el des no”, pensamos. Aunque finalmente lo adoptó ella (como para poder dejarlo ir!), empezamos a buscar asociaciones que rescataban bracos y nos pusimos a ello. En casa era un monotema.
Un día, ví que SOS Weimaraner, a quien llevabamos empo siguiendo, colgaba una publicación de dos perretes en FB: Leo y Mía. No pude ni avisar a Carlos antes, sabía que el me diría “¡Llámalas ya o las llamo yo!” Dos minutos después de la publicación, Sonia al teléfono.
Aquí estamos, 6 meses después, con nuestro Dalí (antes Leo) en casa. Atrás quedó la búsqueda, atrás quedó el viaje express a Cádiz desde Galicia de 20 horas sólo para reunirnos con él. Los planes cambiaron, las prioridades también. Como decimos nosotros, somos una familia de tres y donde va uno, vamos todos. Las bienvenidas a casa moviendo las caderas, ser el perro más conocido de la urbanización, salir a correr juntos, sus chantajes cada vez que ve que te llevas algo de comida a la boca, verlo dormir enrollado como un ovillo de lana… La verdad, nos lo ha puesto muy, muy fácil. Educarlo ha sido coser y cantar, es un perro sociable, equilibrado, simpá co y muy muy cariñoso. Es un ar sta como bien dice su nombre 🙂 Cómo le digo yo a Carlos “es un perro trampa para que adoptemos otro y nos salga rana”.
No sabemos muy bien en qué inver=amos el empo antes de llegar Dalí, sólo sabemos que ahora está mucho mejor aprovechado. Sólo pasaron seis meses, pero para todos ha sido una alegría, una cambio en la forma de inver r el empo libre que nos ha venido muy bien a todos. Incluso hay planes a corto plazo de furgoneta camperizada para tres. Incluso para Bimba, la perra de mis padres, acostumbrada al monopolio de mimos y de arrumacos, creíamos que le sería di?cil. Y aquí está ahora, esperando desesperada a que el loco de la colina entre por la puerta para hacer trastadas juntos.
Sólo nos queda dar las gracias infinitas a un equipazo de mujeres que se desviven por y para que unos perretes tengan una vida mejor. Aunque como les dijimos una vez, también están ayudando a que familias humanas también pasen a tenerla. No sabemos de donde sacan la energía, dónde colocan las malas no cias para transformarlas en más ganas de ayudar o cómo no se desmo van cuando no dan abasto. Lo que sí sabemos es que si ahora estamos así de felices (más incluso de lo que ya éramos) es por ellas. Gracias por escogernos en su día.
¡Carlos, Eva y Dalí os quieren un montón! Lametazos a montones».
Gràcias a vosotros por formar parte de la familia SOSWEIMARANER, y al pequeño DALí.
ERES UN ARTISTA DALI!