Hay vidas que no podemos dejar atrás, hay historias que deben ser contadas y hay conciencias que tienen que dejar de estar ancladas en el pasado.
El maltrato animal está a la orden del día en nuestro país y el abandono de miles de animales sin ningún tipo de reparo ni consecuencia debe terminar de una vez por todas.
¿Qué ser humano es capaz de ser tan miserable? ¿Quien puede atreverse a ver y no sentir?
Es vergonzoso, humillante, descorazonador y terriblemente perverso que el sufrimiento animal cueste tan poco.
Freddy se encontró en estas condiciones, vagando abandonado, sin chip y con la mirada perdida. La asociación que lo rescató nos ha cedido su caso y hoy su vida ya ha empezado a cambiar.
Freddy tiene menos de un año, es positivo a leishmania y quiere vivir.
¿Le ayudamos?