Bienvenida Lola a SOS Weimaraner
Otra vez se repite la misma historia.
Lola, una hermosa weimaraner de un año y medio, llega a nosotros debido a la separación de sus dueños, quienes, lamentablemente, ya no pueden ofrecerle la atención y el cuidado que merece. Detrás de cada caso como este hay un perro que no entiende por qué su mundo cambió de un día para otro.
Pero más allá de sus cualidades, Lola es un claro recordatorio de la importancia de una tenencia responsable y comprometida. Un perro no es un objeto que se pueda adaptar a los cambios de nuestra vida sin consecuencias. Es un ser vivo que siente, que sufre, que necesita estabilidad, amor y una familia que esté dispuesta a asumir esa responsabilidad para siempre.
Adoptar un weimaraner, o cualquier otro perro, implica mucho más que disfrutar de su compañía. Significa comprender sus necesidades físicas y emocionales, estar presente en los momentos difíciles y tener la madurez para planificar su bienestar, incluso cuando la vida da giros inesperados.
Hoy buscamos para Lola un hogar definitivo, con una familia que entienda lo que significa comprometerse de verdad. No solo para cuando todo va bien, sino también para cuando las circunstancias cambian. Lola merece una familia que la vea como parte esencial de su vida, no como una responsabilidad de la que se pueda prescindir.
Si crees que puedes ofrecerle ese hogar lleno de amor, respeto y compromiso, Lola está esperando por ti.
No es solo una adopción, es una promesa de por vida.
Lola es una weimaraner de un año y medio con un carácter apegado, extrovertido, juguetón y enérgico. Disfruta de la compañía tanto de personas como de otros perros, llevándose bien con perros de ambos sexos y con niños. Aunque no se ha probado su relación con gatos, muestra un temperamento equilibrado y amigable.
Es una perra que sale bastante a pasear, se comporta muy bien con la correa y, cuando va suelta en el campo, se mantiene cerca, a una distancia de 5 a 10 metros, respondiendo adecuadamente a las llamadas. En casa, Lola está perfectamente acostumbrada a hacer sus necesidades fuera y puede quedarse sola entre 1 y 2 horas sin problemas, aunque si el tiempo es mayor puede ponerse algo nerviosa.
Lola tiene un instinto de caza bajo, es glotona, pero comparte sin inconvenientes tanto su comida como sus juguetes con otros perros y personas. Nunca ha tenido conflictos ni conductas reactivas, siendo fácil de manipular por cualquier persona. Comparte espacios y juega bien tanto con otros perros como de forma independiente.
En cuanto a su educación, responde bien a órdenes básicas como “sentado”, “da la pata” y “comer”. Se muestra tranquila con las visitas, sin mostrar signos de nerviosismo o desconfianza.
Lola necesita una familia cariñosa y responsable, consciente de lo que implica tener un weimaraner, para poder disfrutar de la vida que merece, llena de ejercicio, atención y afecto.