Bienvenida Rainy a SOS Weimaraner
Rainy tiene casi 9 años, y como en el caso de Kairós, su vida quedó en pausa cuando la de los humanos que la rodeaban cambió. La llegada de los nietos , la falta de tiempo, el cansancio, las prioridades que se transforman… y de repente, esa compañera fiel que siempre estuvo ahí pasa a un segundo plano.
Ya no hay caricias, ni palabras dulces, ni miradas cómplices. Solo silencios, ausencias, y una angustia creciente. Rainy lo siente, lo sabe. Intuye que algo va a pasar, y ese presentimiento no la deja vivir en paz. No quiere quedarse sola, no quiere ser abandonada. ¿Hay algo más triste que depender de decisiones ajenas, sin poder hacer nada?
Pero ahora, Rainy, ha llegado el momento de cambiar el rumbo. Desde SOS Weimaraner te prometemos que no volverás a sentirte así. Vamos a encontrar una nueva familia para ti. Una familia mejor, mucho mejor. Que te mire con ternura, que te abrace fuerte, que te hable con amor. Una familia que te cuide como mereces, que te dé paz.
Te pedimos que confíes en nosotras. Vamos a velar por ti. Lo haremos, de verdad. Te lo prometemos.
Rainy padece una nefropatía crónica, pero su enfermedad no le impide llevar una vida normal. Actualmente está siendo tratada con medicación y deberá seguir las indicaciones veterinarias con regularidad. Nada que no se pueda gestionar con amor y compromiso.
Rainy no busca compasión. Busca un hogar donde la vean, donde la quieran, donde la vida vuelva a ser vida.
Rainy – 9 años de ternura, sensibilidad y mucho amor por dar
Rainy es una perra cariñosa, sociable y tremendamente apegada, que ha vivido siempre en estrecho vínculo con su humana. Tiene ese carácter dulce que conquista, una mirada expresiva que lo dice todo sin necesidad de palabras, y una necesidad profunda de sentirse querida y acompañada.
Durante años fue una perra muy nerviosa, pero con el tiempo ha ido encontrando su calma, aunque a veces saca su vena terca, como buena perra con personalidad. Es juguetona, afectuosa, y disfruta tanto de la compañía como de sus momentos de independencia.
Con otros perros se relaciona muy bien, tanto con machos como con hembras, y nunca ha tenido conflictos. Es sociable y sabe compartir, ya sea el espacio para dormir o los juguetes. Le encanta dormir en compañía de otros perros y disfrutar de momentos tranquilos en grupo.
Con los niños es paciente, dulce y cuidadosa. Con los gatos… tiene curiosidad. En Málaga convivía cerca de una colonia y los perseguía, pero siempre con intenciones de juego, nunca de caza. Aun así, un malentendido con un gato terminó en una herida en su ojo, lo que nos recuerda que siempre es mejor supervisar esos encuentros.
Rainy está acostumbrada a salir a pasear y, de hecho, adora los paseos. Ha vivido en entornos de campo y playa, paseando sin correa y manteniéndose siempre cerca. Aunque últimamente le ha dado por hacerse un poco la rebelde y mirar a su humana para luego seguir su camino, algo que creemos que es pasajero.
Con la enfermedad renal que padece, a veces hace pis en casa, pero nunca hace caca dentro. Actualmente está medicada y puede llevar una vida bastante normal si se sigue el tratamiento veterinario.
Rainy lo pasa muy mal quedándose sola. Tiene una fuerte ansiedad por separación que ha sido difícil de trabajar. Su vida anterior fue muy cercana a su humana, compartiendo todo —hasta la cama y el sofá— y los cambios le han costado mucho. Aun así, es una perra educada, limpia y tremendamente amorosa.
Come con ansia, pero no muestra protección de recursos, ni con comida ni con juguetes. Cuando era más joven tuvo alguna reacción puntual con coches o bicicletas, pero nada frecuente. A día de hoy, es muy tolerante a la manipulación, aunque sigue teniendo ese puntito testarudo que la hace única.
Las visitas las gestiona con alegría: Rainy recibe a todo el mundo como si fuera la anfitriona, repartiendo saludos y cariño uno por uno.
¿Su familia ideal?
Una familia muy afectuosa y presente, que tenga tiempo para ella y que entienda su necesidad de compañía. Si hay otros perros en casa, mejor. Un entorno con espacios abiertos, jardín, campo o playa sería lo ideal, pero siempre con la posibilidad de dormir dentro de casa: Rainy odia el frío y la lluvia.
Necesita personas sensibles, capaces de leer su lenguaje, de ver más allá de sus silencios, porque aunque no hable, ella lo dice todo con la mirada y los gestos.
Rainy es única. No busca un lugar cualquiera. Busca ese hogar donde por fin la escuchen con el corazón.