Me enfrento a diario a mis propios miedos, también trabajo con ellos con los niños y niñas y adolescentes en mi consulta. Es un verdadero privilegio para mí que compartan qué les preocupa, por qué creen que es así, por qué no, qué no entienden e incluso por qué está bien que así sea. Convivir con los miedos es necesario desde que nacemos, nos prepara para la vida, nos ayuda a sobrevivir. Esta lucha por sobrevivir debemos entenderla como algo positivo, pues luchar, conseguir algo, también puede lograrse desde el mundo emocional, de forma constructiva, como primates humanos que somos. Cómo hacerlo, cómo gestionar nuestras emociones de otra manera, daría para otro post, ahora lo que pretendo es dedicarme a los miedos, de los que equivocadamente nos sugieren huir, esconderlos, digerirlos de forma rápida, exigencias del nuevo concepto de vida en el que estamos inmersos también desde que nacemos.
Uno de los miedos que más comparten conmigo es el miedo a los perros. Este miedo puede deberse a:
– el desconocimiento, niños y adolescentes que no han convivido con estos animales (y, por tanto, no los conocen).
– a la falta de vínculo por parte de la propia familia a la naturaleza y a sus animales, esto acrecienta los miedos que se relacionan, como: a los animales que se asocian con la noche (los murciélagos, por ejemplo), a los sonidos de la noche (las hojas y ramas de los árboles que se mueven por el viento), a la soledad al irse a dormir a la cama (enfrentarse al hecho de dormirse, ¡ni que fuera fácil desde una cama que se percibe inmensa!), largo etc.
– otro de los motivos, entre tantos otros, y el que considero más necesario de atención psicoterapéutica, es una vivencia traumática relacionada con los perros (mordidas accidentales, persecuciones por invitación o no al juego, ladridos que asustan, etc.).
Si el niño o adolescente es capaz de expresar su miedo a los perros (resulta evidente observando cómo se comporta cuando vamos con él por la calle y nos cruzamos con una persona que pasea a su perro), tenemos mucho avanzado. Somatizará (tiembla, se marea, se tensa) o resultará evitativo (no quiere ir a las casas de los amigos que tienen perros o nos pregunta antes de ir a sus casas si tienen perro). Necesita, y necesitamos, ayuda. Sobre todo nunca, jamás, debemos forzar la situación y comentarios del tipo: «no tengas miedo», «ven y acarícialo que no hace nada», «¿pero qué te va a hacer? si es un perro muy bueno»… ¡evitémoslos! No crearemos situaciones de aproximación a la fuente de estrés si no estamos preparados (ni preparado él o ella ni preparados nosotros para gestionarlo).
Niña de 10 años con su perrita.
¿Qué podemos hacer?
- Escucharle y escucharle, desde la comprensión y la empatía. «Yo también tengo miedo», «son estos mis miedos, ¿cuáles son los tuyos?», «¿por qué crees que los tienes?», «ven a mi lado, voy a tu lado», «te abrazo, ¿me abrazas?»… Las palabras siempre alimentan el alma.
- El acercamiento a la superación debe ser paulatino, si un amigo o amiga nuestro tiene un perro sumiso, dócil… iremos a comprarle comida o algún juguete, miraremos fotos y videos relacionados con el perrito… Más adelante podremos llevarle a su casa la comida, juguete, etc. e incluso dárselo. Todo esto ayuda en la familiarización y acercamiento a la fuente de estrés. Si esto no fuera posible buscaremos la ayuda de un profesional, lo que considero necesario, en realidad, si os soy sincera, desde el principio.
- En relación a la idea de que si el niño o niña tiene un perrito bebé superará su miedo a los perros…no es una idea descabellada, es cierto en gran medida. Pero, por favor, un perrito es una responsabilidad y significa un compromiso para muchos años si todo va bien. ¡No nos tomemos esto a la ligera! Si lo hacemos evidentemente promovamos la adopción y no la compra. Mientras existan perros y perras necesitados rescatados de situaciones de vida precarias que esperan un futuro mejor, promovamos la adopción y colaboremos de esta manera.
El miedo a los perros es superable, pero requiere de profesionales (formados y con experiencia, ¡cuidado con esto!) que nos acompañen en este proceso de superación del miedo, también requiere de compromiso por parte de la familia y paciencia (no se pueden lograr milagros, y menos en relación al mundo del comportamiento humano, en dos días).
Yo con Arya Stark mi braca alemana adoptada a SOSweimaraner.
Mis recomendaciones:
– Si te propones adoptar un cachorrito, formate tú y tu familia, aquí: https://lladruc.com/es/servicios/educacion-canina/cachorros
– Un centro veterinario con #miradaprimate Josep, Marc, Silvia del Vell Marí, aquí: https://www.elvellmari.com/
– Si quieres profundizar en el concepto de miedo en la infancia y adolescencia, revista Brutal Peques, artículo sobre el miedo, aquí: https://www.brutal.org.es/producto/revista-brutal-peques/
– Si quieres saber más de comportamiento animal, aquí: https://www.fundacioudg.org/ca/curso-especializacion-comportamiento-animal.html
Si quieres conocerme mejor me encontrarás aquí: @infanciaprimate