EDUCACIÓN = PREVENCIÓN

Anna Niñerola Baizán, titulada en Adiestramiento profesional canino e Instructora de unidades caninas de trabajo por la UAB, nos expone una reflexión sobre la importancia de la educación canina para prevenir problemas de conducta en un futuro.

  Todos sabemos que a veces debemos ser tolerantes cuando compartimos nuestro día a día con un perro ya que existe el período de adaptación al inicio de toda relación perro – humano.

Alguno de vosotros puede que os hayáis encontrado en alguna situación similar a la que se observa en la fotografía de la izquierda. Los que no, puede que crucéis los dedos para que no ocurra nunca.

Sea como sea, os invito a hacer una reflexión que puede ser beneficiosa y favorecer la buena convivencia entre perro – persona. Y es que ¿cuántas veces hemos escuchado la

expresión “Mas vale prevenir que curar”? Pues en el mundo de la educación canina también se aplica.

A todos nos gusta tener un cierto orden en casa y no sufrir destrozos en nuestros muebles favoritos o tener que tirar nuestro, por ejemplo, nuevo y caro sofá porqué ha sufrido un daño irreparable por nuestro cachorro o perro adulto.

Aunque nuestro perro no aplica la lógica humana.

¿Cómo prevenir posibles conflictos?

Es cierto que no todos los cachorros o perros adultos acabados de introducir en una familia tienen porqué destrozar mobiliario o provocar.

desperfectos en el inmueble. Aunque, no nos engañemos, la probabilidad es alta.

Debemos de entender que es algo normal, puesto que un período de adaptación que puede comprender estos hándicaps.

Para no tener que lamentar desmejoras en casa y, lo más importante, procurar un bienestar de nuestro perro y en consecuencia de nuestra relación con él, en la convivencia en casa debemos tener en cuenta:

Antes de adoptar un animal, informarnos bien de sus necesidades y pensar en nuestro estilo de vida para ser conscientes de si lo que podemos ofrecerle es adecuado. En definitiva, si somos compatibles, no solo fijarnos en la estética del perro.

Podéis encontrar más información en el artículo de Susanna Vilaseca dónde nos desarrolla esta cuestión.

Cuando convivimos con un perro anticiparnos a los problemas. Pues existen indicios que podemos identificar los cuales pueden indicarnos que necesitamos buscar ayuda.
Algunos ejemplos:

• Cualquier cambio en la rutina de nuestro compañero de 4 patas puede desestabilizar su conducta, como puede comportar una baja laboral de larga duración, un período largo de vacaciones, entre otros.
  
  
• La introducción de un nuevo miembro en el núcleo familiar a la vez que la desaparición de uno de ellos (nacimientos, separaciones, etc.).
  
  
• Síntomas que pueden indicar un problema: un perro que ya ha aprendido a hacer sus necesidades en la calle de golpe empieza a orinar y defecar en la vivienda. Si le sumamos que nuestros vecinos nos han advertido que llora o ladra cuándo se queda solo y si a estos dos síntomas le sumamos que destroza mobiliario de casa, ya puede que llegados a este punto tengamos el problema instaurado.
  
  

Consultemos con un educador/adiestrador i/o etólogo. Pues ellos son los profesionales que pueden acompañarnos en el transcurso de una buena adaptación y dar las pautas para establecer un buen vínculo con nuestro nuevo integrante en la familia.Espero que estéis de acuerdo conmigo cuando digo que vale la pena invertir en la educación. Los perros necesitan enriquecer y desarrollar sus mentes para tener una vida más equilibrada.

Por último, pero no menos importante, tener en cuenta que, si buscamos ayuda profesional para solucionar un problema existente, puede comportar costes más elevados (en tiempo, dinero, dedicación, etc.)

Si tenéis en cuenta lo expuesto en este artículo, no dudo de que viviréis la increíble y positiva experiencia que es compartir la vida con un perro.